¿Las madres podemos tener equilibrio entre: maternidad, pareja, trabajo y hogar?
Ese equilibrio entre la maternidad, la pareja, el trabajo y el hogar no es más que la autorrealización y es una necesidad básica, y muchas veces para las madres se traduce en: aspirar a una crianza en primera persona, tener hijos sanos emocionalmente, un trabajo que nos guste, nos pague bien y nos permita lo anterior y una carga en el hogar equilibrada. Pero la realidad nos hace creer que eso parece un cuento de hadas.
Hijos equilibrados y sanos, independencia financiera y una casa al día ¿Es compatible con la maternidad?
La autorrealización de las personas es un asunto de necesidad básica, pero nos han metido en la cabeza que no podemos tenerlo todo, que hay que sacrificar algo y que somos egoístas si aspiramos a eso. La composición del mundo nos ha puesto a escoger, las más arriesgadas lo hemos logrado a medias pero es una tarea que trae consigo mucho esfuerzo, cansancio, culpa, estrés, agobio y sacrificio lamentablemente.
¿Qué cosas obstaculizan la autorrealización de las madres?
- Si necesitamos hacer teletrabajo o dedicar 8 horas a la jornada laboral tenemos que idear un plan para que los niños no se vean afectados o descuidados. Por lo general hacemos muchas cosas a la vez y comúnmente renunciamos a clientes u horas de trabajo para lograr conciliar.
- Por más que tengamos un esposo, pareja o al padre de los niños presente; laboralmente ellos no suelen hacer sacrificios o renuncias y las empresas no consideran los permisos o ausencias paternas tan comunes como las maternas.
- Si decidimos quedarnos en casa con los niños renunciamos a nuestro poder, le entregamos a la pareja o al padre de los hijos la responsabilidad de la generación de ingresos y por muy duro que sea decirlo quedamos vulnerables o desprotegidas a la hora de una separación.
¿Hay posibilidades para que el mundo cambie y sea más amable con la maternidad?
Ya hay muchos países con crisis en su tasa de natalidad como Corea del Sur, donde cada vez hay más mujeres que retrasan la decisión de ser madres y muchas ya no tienen miedo de decir que no quieren tener hijos porque prefieren autorrealizarse.
Con la nueva realidad el teletrabajo, las jornadas laborales flexibles y el trabajo por objetivos ha beneficiado a muchos, sobre todo a las mujeres que somos madres, aunque aún tenemos el deber de visibilizar el tema.
Los trabajadores del futuro los tiene que parir y criar alguien, la maternidad aunque parta de una decisión personal también es un asunto político que influye en el desarrollo social y económico de las naciones. Sentirnos agobiadas, estresadas y culpables por la situación es entendible pero jamás será normal.
Las madres también tenemos derecho a la autorrealización, a cumplir metas y sueños. Los hijos no son obstáculos, ni son una carga… Como cualquier cachorro mamífero, el bebé necesita a su madre los primeros años de vida. Si queremos adultos sanos emocionalmente apoyemos a las madres; permítannos hacer una verdadera conciliación.
Entendemos que las nuevas generaciones de mujeres piensen que la maternidad es una carga pesada o un límite para el progreso porque es así como el mundo se lo ha demostrado gracias a leyes inexistentes o que se incumplen y empresas inflexibles que no contratan a mujeres en edad fértil porque les costarán mucho dinero por los permisos de maternidad o porque creen que una madre que pide permiso para recoger a su hijo es una irresponsable.
El papel de papá.
El feminismo ha ayudado a visibilizar el desequilibrio que aún existe en muchos hogares, donde la carga mental y la de los quehaceres o labores domésticas recae solo en la mujer. Cada vez hay más hombres que han entendido que la casa es de ambos y que no es una “ayuda” la que necesitamos sino un compañero de equipo para llevar la cotidianidad.
Ahora, cuando en ese hogar hay hijos obviamente al menos los primeros dos años el bebé o niño pequeño demandará mucha más atención de mamá que de papá, el apego materno es normal sobre todo si se practica la lactancia y el colecho. Pero eso no quiere decir que papá no pueda estar hombro a hombro con mamá, él puede contenerla y hacer de relevo cuando le falle la paciencia, cuando esté exhausta y necesite una siesta o cuando el bebé llore en la madrugada.
La paternidad tiene que buscar espacios, papá también puede saber cuál es el salón y la maestra de su hijo, las tareas que tiene pendiente y las alergias que tiene porque si mamá que trabaja y hace sus quehaceres puede recordarlo, él también es humanamente capaz.
Las madres que aún estamos estresadas, agobiadas y con mucha culpa no pedimos algo imposible, pedimos consideración y que intenten ponerse en nuestros zapatos. Queremos ser personas con derecho a la autorrealización sin tener que recurrir a los sacrificios.
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