La depresión en las madres.
Hablar de la depresión, es repasar las líneas del diccionario de la real academia en el que la define como un trastorno mental que se manifiesta en profunda tristeza, decaimiento anímico y autoestima baja.
Es cierto que hablar en el contexto completo de la depresión podríamos abordar áreas como la depresión en los hombres, la depresión producto de un duelo, la depresión infantil, entre otros. Sin embargo, en esta ocasión, queremos ser voceros de la depresión posparto o en general un enemigo silencioso detrás de una de las etapas más hermosas en una mujer, el ser madre.
Este trastorno ha estado presente desde el origen de la humanidad y se caracteriza por una alteración emocional durante el trabajo hormonal que realiza el cuerpo de la mujer después del parto, es decir, lo que comúnmente llamamos cuarentena.
Por lo general solemos confundir la depresión posparto con procesos depresivos producto de situaciones del día a día.
A las mujeres nunca nos dicen la historia cruda que hay detrás de ser madre. No es ninguna tarea fácil y creemos que con los simples consejos de “aprovecha y duerme bastante o disfruta el estar en el baño por mucho rato” tendremos todo resuelto.
Nadie nos dijo que muchas veces llegaríamos a ver a nuestros hijos como pequeños monstruos con pelos que andarían por la casa con autoridad y marcando terreno cuando están los abuelos.
Ser madre es complejo porque al abrazarlos y sentir su olor así estén sudados de correr en la casa, sabemos que son nuestros. Lo único propio que tenemos en la vida.
Ser madre hoy en día es una tarea doblemente ardua; tenemos que lidiar con las críticas de las personas que están en nuestro entorno – primas, tías, mamá, abuelas, suegra y muchas veces del marido o padre de los hijos- que hacen comentarios como si tuvieran una cátedra evaluada sobre 20 puntos de cómo ser la madre perfecta.
Sumado a esto, también somos bombardeadas por una cantidad exagerada de imágenes en las redes sociales de mujeres hermosas con hijos hermosos y con todo en su entorno perfecto. Ni llantitas les sobran en la cintura ¡Algo que de verdad deprime! En este caso, debes recordar que las Influecers son personas igual que tú, pero que su trabajo es convertir su imagen en una marca que venda y genere ganancias al promocionar todo lo que publican. Hay productos que sin ellas lo anuncien, igual los venden porque esa mujer bonita con “una familia perfecta” lo está usando.
Estamos seguras que esa Influencer que tú tanto quisieras ser, al bajar la cámara del móvil se quita hasta el maquillaje y sigue en su rutina echando carreras detrás de los hijos.
Amiga mía, NADA de lo que ves ahí es del todo real. Puede que la belleza física si exista en esa foto; pero lo que no sabemos es qué aplicación de retoques y maquillaje utiliza esa madre.
En la actualidad, son muchos los factores que nos llevan a caer en depresión, pero la principal, es que nos llegamos a sentir solas. Hay un momento del proceso de ser mamás donde se juntan todos los elementos de nuestras vidas (trabajo, relaciones familiares, amistades y de pareja), todo esto influye haciéndose un coctel de emociones que muchas veces se nos derraman del vaso llamado vida.
Es ahí donde no encontramos explicación y nos metemos en una burbuja de dolor; esa tristeza por falta de palabras de aliento nos comienza a carcomer en absoluto silencio. He ahí el eje del asunto. ¡Presta atención!
La depresión en la mayoría de los casos no es asumida ni diagnosticada porque la confundimos con cambios de humor comunes, lo cual, no son normales. El entorno es muy probable que no se dé cuenta de lo que te ocurre. Comienzas a llorar sola en el baño, cuando hablas con otras personas se te hace un nudo en la garganta, hay casos en los que ni te provoca lavarte los dientes y te levantas de la cama solo porque sabes que tienes bajo tu responsabilidad de un ser humano que no se sabe defender.
Hay casos más críticos, donde se han registrado que mujeres les han hecho daño a sus hijos producto de rabia –depresión- no atendida o se hacen daño a sí mismas. A este punto es donde no queremos que lleguen más mujeres.
Es momento de que sepas que la comunidad de madres cada día nos estamos haciendo una colmena inmensa para apoyarnos unas a otras en esta fuerte labor. Son tiempos difíciles que no debemos asumir solas.
- Si te sientes triste y generalmente no eras así, observa tus nuevos hábitos.
- Cuéntale a otra persona como te sientes, no te quedes callada.
- En las redes sociales cuentas con una gran lista de profesionales en el área que al leerte sabrán darte la palabra correcta para hacerte sentir mejor.
Sabemos que crear confianza con otras personas cuesta un poco, sin embargo, puedes hacer cosas tu sola que te ayuden a elevar tu estado de ánimo:
- Coloca música alegre.
- Abraza a tu hijo (a). Pídele que te regalen un abrazo, dile que hoy necesitas que te abracen. Está comprobado científicamente que los abrazos refuerzan nuestra parte afectiva y aumentan la sensación de seguridad.
- Si tienes base en alguna religión, ve a tu iglesia y medita. Llora todo lo que tengas que llorar, nadie te puede juzgar por eso. Al contrario, siempre en los centros de oración hay personas que están en constante trabajo de voluntario y es posible que se sienten a tu lado para escucharte.
- Si sabes que al verte al espejo no eres la misma, busca ayuda. Los psicólogos no te arreglaran la vida pero si te darán las técnicas adecuadas para que vayas superando esta etapa.
- Busca un grupo de madres por WhatSapp o en redes sociales que converses con ellas. Intercambia ideas y experiencias.
- Mirate al espejo y repite que eres hermosa, que crees en ti. Tú eres tu principal fuente de amor y por eso te amas incondicionalmente.
Amiga, la maternidad es parte de la vida y a ella no podemos llevarla solas sin fe. En este caso, la maternidad tampoco la podemos llevar solas sin compartir nuestras experiencias con otras madres.
La ventaja de todo esto es que estamos en medio de una evolución donde la tecnología está jugando a nuestro favor, porque podemos ayudarnos con todas las herramientas que allí están.
No tomes como un juego o como algo normal tus cambios de hábito o manera de ser. A falta de la ciencia que buscara herramientas para ayudarnos, las mujeres de antes sufrían muchísimo y a veces no superaban esta etapa por lo cual, pasaban sus días llenas de tristeza y en un entorno tóxico.
Ahora todo puede ser distinto si te dejas tender la mano.